EXTASIS >
Ahora sí que se lució! Esta segunda pasada fue fundamental para lucirse, ya que de haber prevalecido el reglamento anterior quizá no hubiese tenido la posibilidad. Se demostró confianza arriba del escenario. Las coreografías son muy buenas y se lucen bien por un grupo parejo y enorme en cantidad. En algunos cuadros hasta los cantantes bailaron y se vió bien. Las voces son sobresalientes aunque bajaron un escalón con respecto a la primera rueda, que habían estado brillantes.
Sobre la propuesta; la idea sigue sin gustarme en absoluto. Es una idea muy floja que no se sostiene por ningún lado. Los cuadros son traídos de los pelos para poder unirlos y hasta hay errores conceptuales graves (el 19 de mayo en el parlamento no se votaba la “nulidad de la Ley de Caducidad”, sino la Ley Interpretativa, que no es lo mismo). Se reconoce igual que para esta instancia se quitaron partes del texto que realmente eran infames.
En su globalidad, es un espectáculo que no cuenta una historia, ni comunica nada, pero su crecimiento de una rueda a la otra los devuelve a un digno lugar en el concurso.
LA BOLILLA QUE FALTABA >
Otro espectáculo que creció en todo con respecto a su debut. Se ganaron el sincero aplauso de la platea con un show que es muy estático en su puesta en escena, pero por momentos muy bueno en su texto y voces. Al comparar sus coros con los de las demás murgas que compiten, La Bolilla no suenan al oído como más nos gusta, pero eso no quita que estén bien afinadas en su estilo y que los arreglos sean óptimos. Si bien no está a la altura del pelotón de murgas que entrará a la liguilla, tienen una canción que debería contarse entre las cinco mejores del carnaval: la interpretación de “Creo” es su momento más alto.
En resumen, otro conjunto que se supera a sí mismo con días de tablados y calle que, en la noche de ayer, se volvió a ganar el respeto de todo el Teatro de Verano.
LA TRASNOCHADA >
Mantuvo el buen nivel demostrado en la primera rueda. Es una de las murgas que más ha crecido desde su debut carnavalero hace pocos años. Hoy ya goza de una abundante simpatía por parte del público que disfrutó y vibró ayer en el Collazo.
El combo es bueno; un potente coro que soprende por momentos, con letras que se mezclan entre el estilo murga joven y murgón tradicional. Aunque las voces solistas no rinden tanto, no así los cupleteros que hacen un gran trabajo humorístico. Yo creo que el propio Pacella temblaría atrás del escenario esperando para actuar, escuchando las chilenas de risa que se oían desde la platea con el personaje de Fabian O’Neill. El trabajo coral de todos modos, no llegó a su máximo potencial y en la tercera rueda tendrán la posibilidad de consolidarse y dejar bien en claro que no tiene nada que envidiar a los tonos de las favoritas. La puesta en escena es brillante, estéticamente están muy bien.
Con respecto a la propuesta textual, no es del todo de mi agrado. Es un show que busca el efecto permanentemente y eso le quita credibilidad -a mi gusto- al discurso. Me pasa que por momentos no les creo nada. No encuentro justificada la bajada hacia la platea ni le veo significado coherente a algunas de sus canciones finales, que parece un random de covers de murgas de antaño sin un fundamento que los una. En el nivel de energía, desde el solo del director hacia casi el final, el espectáculo cae estrepitosamente en picada hasta la retirada que levanta y contagia.
Resumiendo, la primera vez me entusiasmó. Ayer escuché bien lo que me comunicaba y no me convenció. En mi ranking está entre las 11 primeras, pero lejos de la definición.
CHOBY’S >
Este conjunto no tiene simpatizantes, tiene fans!
Tienen un don para romper con todos los esquemas, con la zona de confort del carnaval. Desde ya hace años que su estilo es despegarse de lo convencional de una forma bizarra y siempre al borde. Representar el desorden tiene que ser metódico y sobre todo al comienzo del espectáculo no se logra un buen desempeño en ese aspecto.
En general el espectáculo se disfruta. Es recomendable porque se pasa bien. El humor no es chabacano y es 100% carnavalero. No hay casi manera de reírse tanto si el que lo ve nunca estuvo en el Teatro de Verano, o no conoce el folklore del concurso, jurado, periodistas, críticos y hasta la idiosincrasia de los propios abonados.
De todos modos, no soy de los que piensa que si son humoristas sólo tienen que hacer reír y a cualquier precio. No me compro ese paquete de que si hacen reír más que los demás deben ganar. Primero porque yo no soy jurado ni me importa el concurso, segundo porque me gusta disfrutar de espectáculos y no de personajes. La risa se logra de muy buena forma en muchos momentos, es verdad, pero gran parte del texto no es efectivo.
Al concentrarse únicamente en hacer reír, los altibajos hacen que por momentos el termómetro baje. Es un show que no tiene plasticidad ni armonía, y su única defensa (la risa) a veces está ausente.
En la liguilla me gustaría verlos nuevamente con mejoras en su puesta en escena, musicalidad y globalidad.
Al concentrarse únicamente en hacer reír, los altibajos hacen que por momentos el termómetro baje. Es un show que no tiene plasticidad ni armonía, y su única defensa (la risa) a veces está ausente.
En la liguilla me gustaría verlos nuevamente con mejoras en su puesta en escena, musicalidad y globalidad.
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